Creo que las personas que padecemos esta enfermedad tenemos un gran espíritu para seguir siempre hacia delante, disfrutando intensamente de cada momento
Amaia, diagnosticada de EM
Las personas que padecemos esta enfermedad tenemos un gran espíritu para seguir siempre hacia delante, disfrutando intensamente de cada momento.
Amaia
Mi nombre es Amaia y me diagnosticaron Esclerosis Múltiple con 23 años, ahora tengo 30.Tuve una neuritis óptica, que me dejo sin ver nada en absoluto del ojo izquierdo, y parte del derecho, durante varios meses, de la que me recuperé, aunque no del todo, pero bueno…El diagnóstico supuso un alivio, porque yo pensaba que era alguna enfermedad mortal y, al mismo tiempo, era capaz de encontrar un nombre a todo lo que me había ido pasando hasta entonces. A mí siempre me ha gustado muchísimo viajar, he recorrido muchos países de Europa mientras estudiaba. El último viaje que realicé antes de mi diagnóstico fue de varios meses a India, justo al terminar mis estudios de Bellas Artes, y tenía muchas cosas buenas por delante.
Después de mi diagnóstico seguí viajando por África, América y Asia. El diagnóstico no me supuso depresión, porque me acordé de todas las personas a las que había conocido, y las cosas que había hecho hasta ese momento, ya con la enfermedad y pensé que lo más importante era tener las ganas de hacer cosas que me diesen ganas de vivir, en mi caso el arte. La neuritis óptica me hizo pensar que si no podía crear, porque no veía, mi vida carecía de entido. Desde el diagnóstico me empecé a sentir una persona un poco más segura de mí misma, porque me hizo conocerme mejor, saber quien era y lo que quería, lo importante realmente en la vida.
Desde entonces, han pasado casi 7 años. De vez en cuando, tengo mis recaídas y mis brotes que son tratados por los especialistas, y mis malos momentos, con periodos de ansiedad y depresión incluidas, pero esos momentos ¿quién no los tiene, con o sin enfermedades?.
Sigo viajando, cuando puedo, ¡claro! (siempre llevando mis medicinas), me gusta salir de Europa, porque reconozco que es como una terapia, me sirve para darme cuenta de que «yo sólo tengo una enfermedad », y de que la gran mayoría del planeta no tienen nada que comer. Aquí estamos rodeados de muy buenos médicos que se implican con los pacientes, podemos confiar en los estudios que siguen realizando para seguir conociendo esta enfermedad, y eso es muy bueno. Sigo creando y obteniendo becas de creación plástica, disfrutando de la buena gente que me rodea, familia, amigos, compañeras de trabajo…que saben entender lo que me sucede. Algunas personas se fueron ‘quedando’ en el camino, ahora pienso que no eran tan buenas para mí.
Creo que las personas que padecemos esta enfermedad tenemos un gran espíritu para seguir siempre hacia delante, disfrutando intensamente de cada momento. ¿Hay algo más importante que darse cuenta de que la vida pasa? Un saludo y ánimo para todos.
Las personas que padecemos esta enfermedad tenemos un gran espíritu para seguir siempre hacia delante, disfrutando intensamente de cada momento.
AmaiaMi nombre es Amaia y me diagnosticaron Esclerosis Múltiple con 23 años, ahora tengo 30.Tuve una neuritis óptica, que me dejo sin ver nada en absoluto del ojo izquierdo, y parte del derecho, durante varios meses, de la que me recuperé, aunque no del todo, pero bueno…El diagnóstico supuso un alivio, porque yo pensaba que era alguna enfermedad mortal y, al mismo tiempo, era capaz de encontrar un nombre a todo lo que me había ido pasando hasta entonces. A mí siempre me ha gustado muchísimo viajar, he recorrido muchos países de Europa mientras estudiaba. El último viaje que realicé antes de mi diagnóstico fue de varios meses a India, justo al terminar mis estudios de Bellas Artes, y tenía muchas cosas buenas por delante.
Después de mi diagnóstico seguí viajando por África, América y Asia. El diagnóstico no me supuso depresión, porque me acordé de todas las personas a las que había conocido, y las cosas que había hecho hasta ese momento, ya con la enfermedad y pensé que lo más importante era tener las ganas de hacer cosas que me diesen ganas de vivir, en mi caso el arte. La neuritis óptica me hizo pensar que si no podía crear, porque no veía, mi vida carecía de entido. Desde el diagnóstico me empecé a sentir una persona un poco más segura de mí misma, porque me hizo conocerme mejor, saber quien era y lo que quería, lo importante realmente en la vida.
Desde entonces, han pasado casi 7 años. De vez en cuando, tengo mis recaídas y mis brotes que son tratados por los especialistas, y mis malos momentos, con periodos de ansiedad y depresión incluidas, pero esos momentos ¿quién no los tiene, con o sin enfermedades?.
Sigo viajando, cuando puedo, ¡claro! (siempre llevando mis medicinas), me gusta salir de Europa, porque reconozco que es como una terapia, me sirve para darme cuenta de que «yo sólo tengo una enfermedad », y de que la gran mayoría del planeta no tienen nada que comer. Aquí estamos rodeados de muy buenos médicos que se implican con los pacientes, podemos confiar en los estudios que siguen realizando para seguir conociendo esta enfermedad, y eso es muy bueno. Sigo creando y obteniendo becas de creación plástica, disfrutando de la buena gente que me rodea, familia, amigos, compañeras de trabajo…que saben entender lo que me sucede. Algunas personas se fueron ‘quedando’ en el camino, ahora pienso que no eran tan buenas para mí.
Creo que las personas que padecemos esta enfermedad tenemos un gran espíritu para seguir siempre hacia delante, disfrutando intensamente de cada momento. ¿Hay algo más importante que darse cuenta de que la vida pasa? Un saludo y ánimo para todos.