Rehabilitación
Deterioro cognitivo en Esclerosis Múltiple
Soraya Vázquez. Neuropsicóloga de ADEMBI Hace ya décadas que se conoce el hecho de que el deterioro cognitivo es uno de los síntomas que puede provocar la Esclerosis Múltiple. Alrededor del 60% de […]
Soraya Vázquez. Neuropsicóloga de ADEMBI
Hace ya décadas que se conoce el hecho de que el deterioro cognitivo es uno de los síntomas que puede provocar la Esclerosis Múltiple. Alrededor del 60% de las personas afectadas pueden notar cambios de distinta intensidad y en diferentes funciones. Estos déficit cognitivos se abordan desde la neuropsicología, para mejorar las capacidades y ralentizar el deterioro cognitivo.
Las funciones cognititivas son procesos mentales que nos permiten: razonar, pensar, comprender y utilizar el lenguaje, focalizar, mantener y dividir la atención, reconocer objetos, clasificarlos y ubicarlos en el espacio, aprender y recordar información nueva, planificar, ejecutar y supervisar nuestras propias actividades. Varían de forma natural entre las diferentes personas. Entre los factores que pueden afectar la actividad del cerebro se encuentran el estrés, la fatiga, la depresión, el consumo elevado de alcohol, una nutrición insuficiente, algunas enfermedades, algunos fármacos…
Los déficit cognitivos no correlacionan con el nivel de deterioro físico, pero sí lo hacen con el grado de discapacidad, el hándicap, el desempleo, una mayor necesidad de asistencia en AVDs, y un menor apoyo social; incrementan las necesidades y hacen decrecer los recursos.
El patrón del deterioro cognitivo es variable, así como lo son la severidad de los síntomas, la probabilidad de desarrollar estos síntomas y el momento de sufrir DC.
En algunos casos, un examen neurológico revela una ambulación normal, y la evaluación neuropsicológica, un deterioro en las funciones cognitivas. Estos síntomas cognitivos generan una enorme incomprensión, tanto por parte del propio afectado como de su entorno. A esto se le suma el miedo que supone pensar que los demás puedan creer que quiere eludir responsabilidades. Además de la angustia por no saber cómo va a evolucionar este síntoma (el DC, en conjunto); temiendo incluso ‘perder la cabeza’.
Se le suele restar importancia a la gravedad de un paciente afectado de EM, en el caso de que no presente apenas déficit en el examen neurológico, pero no debemos olvidar el impacto adverso de este deterioro neuropsicológico en diferentes áreas de la vida diaria de los pacientes; laboral, puesto que es una de las principales causas de desempleo, social, vocacional (ocio)… Además puede obstaculizar la capacidad de beneficiarse de otras terapias rehabilitadoras. De ahí la necesidad de una detección, evaluación y entrenamiento precoces.
La valoración cognitiva nos permite objetivar esos deterioros de cara al propio paciente; puesto que en algunos casos ellos mismos no son conscientes de estas alteraciones su naturaleza (qué funciones resultan alteradas) y su severidad, y de cara al entorno más cercano, para que puedan comprender qué es lo que les está sucediendo realmente, cómo se sienten por todo ello, y por qué se comportan, por tanto, como lo hacen. Cuando empiezan a percibir estos síntomas, éstos generan sentimientos de miedo; a estar sufriendo una enfermedad neurológica añadida, angustia, ansiedad… Entonces necesitan una explicación aclaratoria de en qué pueden consistir esos síntomas neurocognitivos, por qué se dan; para que puedan comprender por qué están teniendo esas dificultades en su vida diaria. Se les debe, por tanto, tranquilizar cuando piensen que pueden estar sufriendo, además, alguna demencia.
El Servicio de Neuropsicología se encarga de la valoración y entrenamiento de facultades cognitivas, como son la atención, concentración, la capacidad de alerta, de vigilancia, la atención dividida, la memoria; inmediata, a corto y largo plazo, memoria de trabajo, la velocidad de procesamiento de la información, el lenguaje; tanto en la expresión, como en la comprensión, así como funciones ejecutivas; la planificación y organización, la elaboración de juicios, la toma de decisiones… En este servicio se trabaja el aprendizaje de estrategias o técnicas para mejorar capacidades o funciones superiores, y se realizan ejercicios para trabajarlas con el objetivo de que los usuarios puedan sacar el mayor rendimiento posible a sus facultades cognitivas, logrando así ralentizar el deterioro global, ya que aunque, en ocasiones, no podamos hablar de una rehabilitación, sí podemos hacerlo de un entrenamiento o estimulación.
Proyectos de rehabilitación cognitiva
En los últimos años, sí ha comenzado a concedérsele la relevancia que merece. Y se están llevando a cabo diferentes estudios y proyectos, centrados en diversos aspectos del funcionamiento cognitivo en Esclerosis Múltiple. Actualmente, estamos participando en dos estudios de la Universidad de Deusto, colaborando también con uno de ellos los Hospitales de Cruces, Basurto y Galdakao. Uno es una investigación de corte transversal que tiene como objetivo medir el reconocimiento de expresiones de emociones faciales en pacientes con EM y Miastenia Gravis. Y el otro proyecto recibe el título de ‘cambios cerebrales estructurales y funcionales asociados a la rehabilitación cognitiva en enfermedades neurodegenerativas’, llevado a cabo con afectados de EM y Parkinson.