Artículos y estudios
El día a día con los síntomas Invisibles en la Esclerosis Múltiple
Estos son algunos de los ejemplos reales que se pueden presentar cada día, a muchas de las personas diagnosticadas de EM: Fatiga Para muchas de las personas con EM es […]
Estos son algunos de los ejemplos reales que se pueden presentar cada día, a muchas de las personas diagnosticadas de EM:
Fatiga
Para muchas de las personas con EM es muy frustrante que se compare la fatiga que viven con la de otra persona que no tiene la enfermedad.
Son muchas las personas que se levantan cansadas o para las que el simple hecho de pensar en poder andar o en hacer una actividad les fatiga.
«En mi caso, los síntomas invisibles que yo siento son sobre todo la fatiga y mareos. La fatiga me limita para rendir en el trabajo como debiera. Un simple esfuerzo como hacer la cama, a veces es agotador.
Los mareos vienen sin avisar, sobre todo en situaciones de tensión y nerviosismo», relata E. Villarón.
«El cansancio no se ve, pero está ahí de forma casi permanente en mayor o menor intensidad. Solo se puede apreciar si mi cara lo refleja. Tampoco hay un peso para medir el cansancio, eso sí me gustaría que existiera», relata O. Fernández.
Dificultades cognitivas
Estar conversando con un grupo de amigos y no poder seguir el hilo de la conversación, tener dificultad de procesar la información, querer decir alguna palabra y que no te salga son algunas de las consecuencias de la EM. «Es muy difícil querer decir una cosa y que las palabras que sabes de sobra, no lleguen a tu cabeza y sentirte como una idiota delante de la gente y de ti misma», confiesa M. Gómez.
Problemas urinarios o del intestino
No querer salir de casa para hacer determinadas actividades, por miedo a que no haya un baño cerca, son algunas de las situaciones que viven las personas con esta problemática. «Tengo urgencia urinaria y al principio fue una pesadilla para mí. He tenido que cambiar algunos hábitos, y siempre ir al baño antes de salir de casa. Si tengo que pasar muchas horas fuera de casa llevo ropa para cambiarme por si acaso y necesito tener localizado un baño cerca. Todas estas medidas me dan tranquilidad», explica R. López. Dichos síntomas, pueden incapacitar a las personas con EM para realizar ciertas tareas o actividades de la vida diaria.
Como hemos visto, son muchas las formas, en las que la EM recuerda a los pacientes que la enfermedad está ahí. Es importante visibilizar a la sociedad, estos síntomas, que no se ven pero existen, porque son muchas las personas con EM que los tienen y deben aprender a vivir con ellos. Intentar no cuestionar lo que sienten y tener una escucha activa que facilite una comunicación bidireccional, será la clave para aprender a convivir todos con esta enfermedad.
Si te sientes identificado con alguna de estas situaciones o con los síntomas que hemos mencionado a lo largo del artículo, no lo dudes, consulta con tu profesional de salud. Existen ejercicios, cambios de hábitos y/o medicamentos que pueden ayudarte a paliar dichos síntomas.