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Dieta para Esclerosis Múltiple: mediterránea es la opción segura

Publicado por EM Euskadi | | Visto 3943 veces
Dieta Mediterránea 2

¿Buscas una dieta apropiada para la Esclerosis Múltiple? Fácil: la dieta mediterránea. Es la única con evidencia de que proporciona lo que el cuerpo necesita. El resto de las propuestas […]

¿Buscas una dieta apropiada para la Esclerosis Múltiple? Fácil: la dieta mediterránea. Es la única con evidencia de que proporciona lo que el cuerpo necesita. El resto de las propuestas que hablan de mejorar los síntomas no han demostrado su eficacia e incluso pueden tener efectos no deseados. Marta Lorenzo, nutricionista de emforma.esclerosismultiple.com es tajante en este sentido: «ninguna de las dietas especiales asociadas a la Esclerosis Múltiple se consideran saludables ni eficaces en cuanto a la mejoría de esta enfermedad» e incluso «se consideran inadecuadas, incompletas y deficitarias para personas sanas», advierte. La evidencia, por tanto, desmonta una a una todas las teorías al respecto.

Las hay que no son necesarias, salvo patología específica. Es el caso de la dieta sin gluten, imprescindible solo para personas celiacas o con intolerancia al gluten. La eliminación de esta proteína, presente en cereales como el trigo, la cebada o el centeno, conlleva carencias o deficiencias en vitaminas, fibras y minerales que sería necesario compensar. En realidad, todos los alimentos naturales, muchos de ellos en la carta de la dieta mediterránea, son sin gluten: verduras, carnes, pescados, frutas…

También hay propuestas que suponen riesgos para la salud. Como la dieta detox o detoxificante, que supuestamente limpia el organismo y que no es necesaria «ya que la limpieza la produce el propio riñón y pueden producir déficits nutricionales», advierte la experta. En los últimos tiempos ha proliferado el ayuno intermitente como una forma de adelgazamiento. Más que una dieta es una práctica que consiste en dejar de ingerir alimentos durante periodos de tiempo prolongados (12 horas de ayuno, 12 horas de comida). «En el caso de las personas con EM esto puede conllevar la aparición o agravamiento de síntomas como la fatiga», asegura Marta Lorenzo. En el caso de llevarla a cabo, «tiene que estar regulado siempre por un o una especialista ya que conlleva el riesgo de sufrir déficits nutricionales».

De la mis misma manera, la dieta cetogénica, que promueve la aparición de la cetosis en el organismo a través de la reducción total de los hidratos de carbono, puede provocar «deterioro del sistema nervioso, déficits nutricionales de vitaminas y minerales, aumento del colesterol malo e irratibilidad», detalla Marta Lorenzo.

Antiinflamatorias

En el listado aparecen unas cuantas específicas ‘para mejorar la EM’. Es el caso de la dieta antiinflamatoria que propugna un mayor ingesta de frutas, verduras y alimentos ricos en grasas insaturadas, y una reducción del consumo de azúcares. «Siendo la EM una enfermedad inflamatoria se habla de sus beneficios, sin embargo no existe evidencia científica de su eficacia», asegura.

En el caso de la paleodieta, asocia a los cazadores y recolectores del Paleolítico, no solo no hay datos que avalen su eficacia, sino que puede ser perjudicial. El mayor consumo de alimentos de origen animal: carne, pescado, huevos… «tiene ciertas contraindicaciones como las enfermedades cardiovasculares y la obesidad». De la misma manera, no se ha confirmado la efectividad de la dieta walhs, una adaptación de la paleodieta enfocada a personas con Esclerosis Múltiple, que incluye alimentos como las bayas y ricos en azufre como espárragos o champiñones.

La dieta Swank defiende el control de la progresión de la EM basado en una alimentación que reduce el consumo de grasas saturadas, elimina la carne roja durante un año, los alimentos procesados, controla el consumo de la yema de huevo y promueve la suplementación de Omega 3 y vitaminas. «Se trata de una dieta demasiado restrictiva», afirma la nutricionista. «Se puede reducir algunos alimentos cuyo consumo excesivo puede ser perjudicial para la salud pero eliminarlos por completo pueden provocar déficits».

«La dieta mediterránea, basada en una alimentación variada, equilibrada y sana, que nos aporta múltiples nutrientes beneficiosos para nuestro organismo, y alimentos ricos en vitaminas y minerales», es por tanto la mejor opción porque «nos permite prevenir problemas contraproducentes con la enfermedad como la obesidad, las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis», recuerda Marta Lorenzo. En el caso de optar una dieta vegetariana, que excluye los alimentos de origen animal, Marta Lorenzo recomienda seguirla bajo supervisión de especialistas para compensar los déficits de hierro, vitamina B12 o proteínas.

Fuente: emforma.esclerosismultiple.com

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