Neurología
Dolor y Esclerosis Múltiple
Por la Dra. Cristina Llarena, Neuróloga del Hospital Universitario de Basurto. El dolor en un síntoma frecuente en la Esclerosis Múltiple (EM). Su prevalencia varía de unos estudios a otros […]
Por la Dra. Cristina Llarena, Neuróloga del Hospital Universitario de Basurto.
El dolor en un síntoma frecuente en la Esclerosis Múltiple (EM). Su prevalencia varía de unos estudios a otros y se estima entre un 30 y un 85%. Su frecuencia aumenta según progresa la enfermedad y el grado de discapacidad. Además puede incrementarse con la hiperventilación, el calor intenso, la ansiedad y el estrés.
Existen diferentes tipos de dolor en la EM:
- Neuralgia del trigémino: sensación de descarga eléctrica que afecta a un lado de la cara, se manifiesta en ráfagas, y puede llegar a ser muy limitante. Se produce por desmielinización del nervio trigémino. Para su tratamiento se emplean fármacos antiepilépticos.
- Neuritis óptica: asocia dolor a la movilización del ojo debido a la inflamación del nervio óptico. El tratamiento de elección son los corticosteroides.
- Signo de Lhermitte doloroso: sensación de calambre eléctrico que baja por la espalda o brazos, que se manifiesta al flexionar el cuello. Se produce por lesiones inflamatorias-desmielinizantes en la médula cervical.
- Espasmos tónicos dolorosos: son consecuencia de lesiones inflamatorias de la vía motora y para su tratamiento se utilizan también antiepilépticos.
- Las disestesias o dolor neuropático de extremidades inferiores: dolor crónico más frecuente en la EM, secundario a lesiones inflamatorias en la médula espinal. Se emplean fármacos antiepilépticos y antidepresivos.
- Dolor dorsal o lumbar es otra causa de dolor crónico, no debido directamente a la EM sino a los cambios degenerativos en la columna debidos a la debilidad, espasticidad, inmovilización prolongada, osteoporosis, etc. En estos casos, el tratamiento consiste en analgésicos y fisioterapia.
- Dolor de cabeza, a pesar de no ser un síntoma propio de la EM, sí que parece afectar en mayor proporción a pacientes con EM.
Un control adecuado del dolor repercutirá en una mejoría significativa de la calidad de vida de los pacientes con EM.