El psicólogo responde
¿La Esclerosis Múltiple afecta sólo al paciente? Tu decides como vivirla: sólo o acompañado
Por Idoia Fernandez Lopetegui, Psicóloga-Psicoterapeuta grupoanalista, responsable de servicios en Ademgi. Cuando a una persona le diagnostican una enfermedad crónica decide si quiere o no contarlo. Es una decisión solo […]
Por Idoia Fernandez Lopetegui, Psicóloga-Psicoterapeuta grupoanalista, responsable de servicios en Ademgi.
Cuando a una persona le diagnostican una enfermedad crónica decide si quiere o no contarlo. Es una decisión solo suya y depende de muchas cuestiones que engloban al individuo, su personalidad, y su situación social, laboral, familiar. Nadie puede obligar a nadie a contar que está diagnosticado de una enfermedad.
Pero, la decisión de no contarlo ¿realmente nos ayuda? La importancia de vivir esta nueva etapa en compañía, dejarse ayudar y ayudar a los nuestros, podría favorecer el proceso de adaptación de todos pero cada cual vive el proceso de adaptación de forma diferente.
El proceso adaptativo a cualquier enfermedad depende de factores que tienen que ver con la enfermedad en sí: su carácter crónico, la edad del diagnóstico y su evolución; la persona que lo padece, con sus antecedentes clínicos; y el contexto socio-cultural en el que se desenvuelve. Hay muchos familiares que están al corriente del diagnóstico de su ser querido, pero sienten una barrera emocional que les impide acceder a ellos. Quieren ayudarles, acompañarles y compartir la vida, esa vida que, hasta el momento, han vivido juntos. Cuántas veces hemos oído o dicho frases, tales como: ‘yo soy el enfermo’, ‘yo tengo EM tú no’, ‘soy yo quien sufro’, ‘no me entiendes’.
Realmente los familiares de una persona afectada de EM, ¿no están afectados? ¿no sufren?¿es justo aislarse de todo y de todos? Un diagnóstico rompe de repente con todo por lo que ha luchado y ha creado hasta el momento. Pero ese camino de la vida, hasta el momento ¿cómo lo ha vivido, solo o en compañía?
¿Estamos solos o hemos disfrutado de una vida social, de experiencias compartidas que nos han ayudado a crecer, a vivir y a aprender? ¿Por qué ahora no?
El ser humano a lo largo de la vida va adquiriendo habilidades que le ayudan a la resolución de conflictos que se van presentando en su camino.
Hay personas más autónomas y otras con una personalidad dependiente.
Pero esto no implica que todas ellas no pasen por un proceso de duelo, de cambio, de diversidad de emociones, y que necesiten de los suyos. No contarlo, no compartir, vivirlo en solitario, ¿qué soluciona? ¿Qué te aporta? Quizás al leer este artículo pienses que eres de esas personas solitarias, que no necesitas de nadie para llevar esta enfermedad. Piensa: ¿qué te está aportando esta situación?, ¿te importa cómo están los demás?, ¿les has preguntado cómo se encuentran? ¿Realmente no te pueden aportar nada? ¿No hablar de ello, te ayuda realmente a no preocuparte y hace que el problema no exista? Reflexiona. Cada persona tiene el derecho a decidir, como quiere vivir esta nueva etapa.