Junio de 2006
Por el Dr. Alfredo Antigüedad

El conocimiento de las causas y mecanismos que provocan la Esclerosis Múltiple es imprescindible para poder diseñar medicamentos que impidan el desarrollo de la enfermedad.

Los estudios de investigación que intentan resolver estas cuestiones implican el trabajo en el laboratorio con cultivos de células y con animales, y la participación con los propios pacientes. Los resultados de la experimentación en el laboratorio nos suministran informaciones e hipótesis que luego son necesarias demostrar en las personas. Por ello, resulta muy importante disponer de sangre de los pacientes para poder realizar esta comprobación. Con relación a los nuevos medicamentos el escenario es idéntico: un medicamento puede ser eficaz en los animales, pero es necesario verificar su utilidad en las personas.

La investigación de nuevos medicamentos con personas tiene tres fases. En los ‘ensayos clínicos de fase 1’ se administra el nuevo fármaco por primera vez a personas sanas (sin la enfermedad) para conocer sus efectos indeseables, la máxima dosis tolerable y otras características farmacológicas. En los ‘ensayos clínicos en fase 2’ se administra por primera vez el medicamento a enfermos para tener una estimación de su eficacia (en ocasiones fármacos muy eficaces en los animales de experimentación empeoran la enfermedad en las personas). Cuando los medicamentos superan esta ‘fase 2’ se procede a realizar el estudio final, el denominado ‘fase 3’. En esta última fase se seleccionan dos grupos de enfermos que son prácticamente idénticos entre sí: misma edad media, misma proporción de hombres y mujeres, mismos años de evolución de la enfermedad, etc.

Los pacientes de uno de estos grupos reciben el medicamento, mientras que a los otros se les administra placebo (es decir, una sustancia carente de efecto terapéutico). Al cabo de un cierto tiempo se comprueba si la evolución de los enfermos que han recibido el nuevo medicamento es realmente mejor que la de los que han recibido placebo. Los medicamentos que superan esta ‘fase 3’ son los que reciben la autorización de las autoridades sanitarias para poder ser comercializados. Desde que un nuevo fármaco comienza a investigarse en el laboratorio hasta que finalmente se vende en las farmacias transcurren unos 10 años.

Natalizumab
Afortunadamente, en la actualidad hay numerosas investigaciones con nuevos medicamentos para la Esclerosis Múltiple, y cada vez son más eficaces porque conocemos más de los mecanismos de esta enfermedad y cómo combatirla. Por ejemplo, en los próximos meses se volverá a comercializar el natalizumab (tysabri®), un medicamento que es el doble de eficaz para prevenir los brotes que los interferones o acetato de glatiramero. El natalizumab es una especie de misil que ataca los anclajes de los linfocitos T (glóbulos blancos) que circulan por la sangre. Estos anclajes le son imprescindibles al linfocito para fijarse a la pared de los vasos sanguíneos y poder introducirse en el interior del cerebro para provocar una nueva placa de desmielinización. Las características de los pacientes que podrán recibir este medicamento todavía no se conocen con certeza. Pero en el futuro próximo seguro que se comercializaran otros nuevos medicamentos fruto de la intensa actividad investigadora.

Por ejemplo, en el hospital de Basurto estamos participando en la actualidad junto con otros hospitales de Europa en cinco ensayos clínicos de fase 3. La investigación médica es imprescindible para conseguir vencer a las enfermedades y exige el interés y el esfuerzo de los científicos y médicos, y también de los propios pacientes que deben ser protagonistas de la lucha contra su enfermedad. Les quiero agradecer a todos los enfermos que colaboran con nosotros en diferentes investigaciones por su generosidad. Esta colaboración es imprescindible porqué únicamente con el esfuerzo de todos se podrá vencer a la Esclerosis Múltiple.