Neurología
La investigación médica
Junio de 2005 Por el Dr. Alfredo Antigüedad El único camino para aprender a prevenir o curar las enfermedades es la investigación médica. Los nuevos tratamientos no se descubren por […]
Junio de 2005
Por el Dr. Alfredo Antigüedad
El único camino para aprender a prevenir o curar las enfermedades es la investigación médica. Los nuevos tratamientos no se descubren por azar o en un instante de inspiración, sino que son la consecuencia de años de trabajo de muchas personas.
Inicialmente es imprescindible conocer, con el mayor detalle posible, cómo se produce la enfermedad. Por ejemplo, en el caso de la Esclerosis Múltiple sabemos que en el cerebro y en la médula aparecen lesiones inflamatorias que provocan las recaídas. Las investigaciones buscan conocer las causas que dan lugar a esta enfermedad e identificar, de manera precisa, toda la secuencia de acontecimientos que determinan la aparición de nuevas lesiones. Para ello se obtiene información de los pacientes, por ejemplo realizándoles estudios genéticos o de la sangre; y, en los laboratorios de experimentación, se estudian animales a los que se les provoca una enfermedad semejante a la EM. Por otro lado los farmacéuticos trabajan en el diseño y desarrollo de nuevos medicamentos.
El siguiente paso es plantear una posible estrategia de tratamiento. Por ejemplo, puesto que la EM es una enfermedad en la que el sistema inmunológico de los pacientes está alterado, los medicamentos que modifican la inmunidad podrían ser útiles. Para demostrar esta teoría se administra inicialmente el nuevo medicamento a los animales de experimentación; si se comprueba que les mejora la enfermedad y que lo toleran bien se continúa con la siguiente etapa: probar el medicamento en los seres humanos.
El estudio de nuevos fármacos en humanos tiene tres fases consecutivas. En la ‘fase 1’ se administra el medicamento a personas totalmente sanas con el objetivo de conocer si el fármaco es seguro y a qué dosis. Si el medicamento es seguro se continúa con la investigación, ‘fase 2’, en la que se administra el fármaco a un reducido grupo de personas con EM para comprobar que no es perjudicial para la evolución de su enfermedad. Únicamente si el medicamento supera esta etapa se pasa a la última. Los estudio ‘fase 3’ deben responder a la pregunta: ¿cuánto de eficaz es el medicamento para mejorar la EM?.
En los estudios ‘fase 3’ participan cientos de pacientes de varios hospitales, habitualmente de muchos países. El método de investigación consiste en administrar a la mitad de los pacientes el nuevo medicamento y a la otra mitad un placebo (por ejemplo agua o azúcar), y ver las diferencias entre ambos grupos en cuanto a la actividad de la enfermedad. Si los resultados son satisfactorios el medicamento podrá ser vendido y administrado sin problemas a todos los pacientes.
Muchos afectados de EM de Vizcaya han colaborado en los diversos estudios ‘fase 3’en los que hemos y estamos realizando. Los riesgos que los pacientes asumen al participar en uno de esto ensayos clínicos están muy controlados por las diferentes instituciones y administraciones que supervisan de manera estricta y exhaustiva toda la investigación. Los beneficios que se derivan de estos estudios son obvios en la lucha contra la EM: disponer de nuevos tratamientos más eficaces para frenar (o curar) esta enfermedad.
Todo este proceso que he resumido de manera muy rápida es en realidad muy lento: desde que se inicia la creación del nuevo fármaco hasta que lo podemos comprar en las farmacias transcurren unos 10 años. Afortunadamente, últimamente se ha investigado intensamente y en la actualidad hay varios nuevos medicamentos contra la EM en la fase final de investigación (en la ‘fase 3’). Si estos estudios concluyen con éxito, en el plazo de meses (1-2 años) estarán disponibles para todos los afectados.