La lucha continúa con sus altibajos
Araceli Calvo, diagnosticada de EM
Retome mi estudios y cambió mi vida, me demostró que es posible realizar muchas actividades al ritmo que impone la Esclerosis Múltiple.
Araceli Calvo
Mi primer brote de Esclerosis Múltiple se manifestó con gran crudeza cuando tenía 29 años, pero me recuperé casi totalmente. Anteriormente, había tenido ‘sensaciones’ que, más tarde, comprendí que eran también síntomas de EM. En los 9 años posteriores apenas tuve brotes y, además, nació mi hijo, con lo que las angustias iniciales desaparecieron, y disfruté de una época muy bonita. Pero, a partir de 1996,comenzaron nuevamente los brotes, y la lucha contra sus efectos físicos y psicológicos.
En mayo de 2002, después de 28 años en la empresa en la que trabajaba, ‘dejé’ mi puesto de trabajo con una incapacidad absoluta y con la incertidumbre de cómo enfrentarme a dicha situación con tanto tiempo libre. Pero decidí plantarle cara a mis nuevas circunstancias y, para septiembre, ya estaba en ‘activo’,me matriculé en la EPA y retomé los estudios que había abandonado en la adolescencia.
Este hecho, aparentemente insignificante, cambió mi vida, porque me demostró que es posible realizar muchas actividades, eso sí al ritmo que impone la Esclerosis Múltiple.
A día de hoy, la lucha continúa con sus altibajos, pero anímicamente me encuentro bien, ya que el hecho de estar ocupada en los estudios me ha permitido relacionarme y conocer diferentes personas, tanto profesores como alumnos, con los cuales comparto muchas experiencias gratificantes. Todo ello, sin olvidar el permanente e importante apoyo recibido tanto de mi marido, como de mi hijo, me empuja a animaros para que sigáis adelante y no decaigáis en vuestra lucha.
Retome mi estudios y cambió mi vida, me demostró que es posible realizar muchas actividades al ritmo que impone la Esclerosis Múltiple.
Araceli CalvoMi primer brote de Esclerosis Múltiple se manifestó con gran crudeza cuando tenía 29 años, pero me recuperé casi totalmente. Anteriormente, había tenido ‘sensaciones’ que, más tarde, comprendí que eran también síntomas de EM. En los 9 años posteriores apenas tuve brotes y, además, nació mi hijo, con lo que las angustias iniciales desaparecieron, y disfruté de una época muy bonita. Pero, a partir de 1996,comenzaron nuevamente los brotes, y la lucha contra sus efectos físicos y psicológicos.
En mayo de 2002, después de 28 años en la empresa en la que trabajaba, ‘dejé’ mi puesto de trabajo con una incapacidad absoluta y con la incertidumbre de cómo enfrentarme a dicha situación con tanto tiempo libre. Pero decidí plantarle cara a mis nuevas circunstancias y, para septiembre, ya estaba en ‘activo’,me matriculé en la EPA y retomé los estudios que había abandonado en la adolescencia.
Este hecho, aparentemente insignificante, cambió mi vida, porque me demostró que es posible realizar muchas actividades, eso sí al ritmo que impone la Esclerosis Múltiple.
A día de hoy, la lucha continúa con sus altibajos, pero anímicamente me encuentro bien, ya que el hecho de estar ocupada en los estudios me ha permitido relacionarme y conocer diferentes personas, tanto profesores como alumnos, con los cuales comparto muchas experiencias gratificantes. Todo ello, sin olvidar el permanente e importante apoyo recibido tanto de mi marido, como de mi hijo, me empuja a animaros para que sigáis adelante y no decaigáis en vuestra lucha.