Artículos y estudios
Menopausia con Esclerosis Múltiple
Gran parte de las mujeres con Esclerosis Múltiple atraviesa esta etapa reproductiva junto con la enfermedad. Algunos síntomas de la menopausia como la depresión, el insomnio o las dificultades cognitivas […]
Gran parte de las mujeres con Esclerosis Múltiple atraviesa esta etapa reproductiva junto con la enfermedad. Algunos síntomas de la menopausia como la depresión, el insomnio o las dificultades cognitivas pueden solaparse con los síntomas de la EM.
Así se recoge en la reciente actualización del tratado ‘Neurología y mujer’ editado por la Sociedad Española de Neurología en el que, entre otras cuestiones, se aborda la afectación de la EM a las mujeres en las diferentes etapas de su vida reproductiva.
Tal y como se indica en el prólogo de esta publicación, con la mayor esperanza de vida de las mujeres se prevé «que más de la mitad desarrollará una enfermedad neurológica a lo largo de su vida». Por ello, recomienda que el tratamiento de la mujer con patología neurológica se realice «de forma integral, atendiendo a aspectos claves en distintas etapas de su vida, planificación del embarazo, lactancia y menopausia». El tratado dedica un capítulo completo a las enfermedades desmielinizantes, coordinado por la Dra. Mar Mendibe, y que incluye un apartado específico sobre la menopausia en mujeres con Esclerosis Múltiple, escrito por la Dra. Sara Eichau Madueño.
La experta recuerda que, en el caso de la EM, «los niveles de hormonas sexuales durante las diferentes etapas fisiológicas de la vida reproductiva de la mujer parece influir tanto en el riesgo como en el pronóstico de la enfermedad». Y, dado que el diagnóstico suele ser en la edad adulta, muchas «van a atravesar esta etapa reproductiva conjuntamente con la enfermedad, y algunos síntomas experimentados durante esta transición vital, como el deterioro cognitivo, la depresión y la ansiedad, los trastornos del sueño y la fatiga, y el deterioro de la vejiga, pueden solaparse con los síntomas de la enfermedad», según se recoge en este documento.
La inmunoscencia, un favor de progresión
La edad media de la menopausia de mujeres con EM es de unos 51 años, coincidiendo con la de la población general y, aunque hay varios estudios sobre cómo influye en la progresión de la enfermedad, no hay ninguno concluyente. Sí se plantea la inmunosenescencia, el envejecimiento del sistema inmune, como un factor que «probablemente contribuya a la progresión de la discapacidad por EM relacionada con la edad», debido a la disminución hormonal que se produce en la menopausia.
Síntomas
El estudio recuerda que muchos síntomas invisibles de la EM coinciden con los síntomas comunes de la menopausia, como la depresión, el insomnio y las dificultades cognitivas.
«El deterioro cognitivo en personas con EM es frecuente, es importante detectarlo a tiempo y empeora con la edad, por este motivo es un síntoma de vital importancia en mujeres menopáusicas», advierten las expertas.
Además, «en algunas mujeres que se encuentran en la transición a la menopausia, la disminución de los niveles de estrógenos puede aumentar el riesgo de depresión», añade. Por otra parte, las disfunciones urinarias y sexuales, son frecuentes tanto en las mujeres que tienen EM como las que no.
Tratamiento
Actualmente, la estrategia terapéutica de los síntomas menopáusicos incluye la terapia hormonal (HRT), suplementos herbales, como la soja, y el uso de antidepresivos, según indican en el documento. La HRT incluye la terapia con estrógenos o la terapia combinada de estrógenos y progestágenos, administrada tanto en formulaciones sistémicas orales como locales, como cremas vaginales.
Según afirman, «el efecto de los estrógenos exógenos sistémicos en mujeres premenopáusicas con EM ha demostrado, en un estudio de 164 mujeres con EM recurrente-remitente (EMRR), reducir la tasa anualizada de brotes durante 2 años en comparación con placebo (…)». Otros ensayos hablan de una reducción del 26,5% en la combinación de interferón beta-1a y estrógenos.
A pesar de que las neurólogas aseguran que la terapia hormonal «sigue siendo el tratamiento más eficaz para los síntomas vasomotores y genitourinarios de la menopausia y puede prevenir la pérdida ósea y las fracturas», reconocen que «existen algunos riesgos», como el cáncer de mama o la trombosis venosa, «cuando los progestágenos se administran simultáneamente con los estrógenos». De la mis manera, la terapia con estrógenos podría mejorar la cognición pero los estudios realizados hasta ahora «no son definitivos y existe controversia a día de hoy», matizan.
Ante todo ello, recomiendan a las y los profesionales médicos «descartar, diagnosticar y tratar las comorbilidades asociadas con la menopausia y la EM, que deben incluir, entre otras, revisiones de la presión arterial, el cáncer según guías y protocolos vigentes (mama, sistema reproductivo, colon) y la densidad ósea, así como evaluaciones de factores conductuales como el tabaquismo».
En cuanto a los síntomas de la enfermedad, consideran importante «atender los síntomas urinarios, considerando terapia de suelo pélvico, tratamiento anticolinérgico si está indicado e incluso plantear toxina botulínica intravesical». Así mismo ven necesario «realizar evaluaciones cognitivas y rehabilitación si estuviera indicado en las pacientes con EM que se encuentren en esta etapa».
Fuentes: ‘Neurología y Mujer’. Sociedad Española de Neurología. Ediciones Sen. www.sen.es/pdf/2023/NEUROLOGIA_Y_MUJER_2023.pdf