Rehabilitación
Neurorehabilitación después de un brote de Esclerosis Múltiple
MANUEL MURIE FERNÁNDEZ, Neurólogo. Unidad de Neurorrehabilitación del Hospital Ciudad de Telde. Grupo Icot, Las Palmas de Gran Canaria Una de las preguntas más frecuentes que se realizan tanto los pacientes […]
MANUEL MURIE FERNÁNDEZ, Neurólogo. Unidad de Neurorrehabilitación del Hospital Ciudad de Telde. Grupo Icot, Las Palmas de Gran Canaria
Una de las preguntas más frecuentes que se realizan tanto los pacientes con el diagnóstico de Esclerosis Múltiple Remitente Recurrente como lo médicos que les atienden, es si después de un brote la Neurorrehabilitación puede ayudar a recuperar las funciones afectadas por el brote. En este sentido, un artículo publicado en septiembre de 2016, trató de responder precisamente a esta pregunta, aleatorizando pacientes a recibir tras el brote sólo dosis altas de esteroides o bien, dosis altas de esteroides junto con un programa de neurorrehabilitación.
Comparando los resultados de los dos grupos al mes y a los tres meses en cuanto a la fatiga, la autonomía personal y la actividad física, se encontró que aquellos que seguían un tratamiento neurorrehabilitador obtenían mejorías estadísticamente significativas en la actividad física y en los niveles de autonomía personal, pero no en los niveles de fatiga. La siguiente pregunta, más complicada de responder, es cómo debería estructurarse el proceso de neurorrehabilitación después de un brote. La respuesta es compleja por los siguientes motivos:
- Heterogeniedad de los brotes: existen brotes de muy diferente calado, por lo que no deberíamos generalizar: no es lo mismo un brote por una neuritis óptica (otro tema muy interesante es la neurorrehabilitación visual) que un brote con afectación cerebelosa (desequilibrio).
- Falta de evidencia científica: no existen estudios científicos que evalúen diferentes estrategias de neurorrehabilitación en los diferentes tipos de brotes, por lo que no podemos sacar conclusiones.
Ante este panorama, debemos aferrarnos a la evidencia científica que si existe en el ictus y que nos ha mostrado las bases que potencian la eficacia del tratamiento Neurorrehabilitador, esta evidencia podemos resumirla en:
- Inicio temprano del tratamiento neurorrehabilitador: nos lleva a asumir que debemos iniciar el tratamiento neurorrehabilitador tan pronto como sea posible después de un brote.
- Tratamiento intensivo: El incremento del número de repeticiones, se asocia con una mejor recuperación, por este motivo se han desarrollado nuevas tecnologías que van encaminadas a aumentar el número de repeticiones, por ejemplo el tratamiento domiciliario por parte del paciente mediante dispositivos de realidad virtual o tratamientos mediante tecnología robótica.
- Tratamiento multidisciplinar: Se conoce que los pacientes dentro del proceso de neurorrehabilitación deben recibir las terapias de todas las disciplinas que sean necesarias, principalmente fisioterapia, terapia ocupacional, logopedia y neuropsicología, pues el trabajo de logopedia potencia el de fisioterapia y viceversa.
- Duración óptima del tratamiento: El proceso de recuperación de cualquier agresión al Sistema Nervioso Central es largo, apreciándose mejorías en ocasiones varios meses después del evento. Por este motivo, tanto la valoración de la eficacia del tratamiento neurorrehabilitador como la duración del mismo, deben adecuarse a estas circunstancias.
Concluiré afirmando que es lógico pensar que la neurorrehabilitación después de un brote en un paciente con Esclerosis Múltiple remitente recurrente, mejore las funciones afectadas por el mismo y la poca evidencia que existe apunta en este sentido, pero probablemente no todos los brotes ni en todos los momentos el proceso de neurorrehabilitación debe ser el mismo.
Por todo ello, necesitamos estudios que aclaren como debe ser el proceso de neurorrehabilitación, cuánto debe durar, cómo y dónde debe realizarse y qué pacientes son los que se beneficiarían de este proceso.