El psicólogo responde
Síntomas invisibles de la Esclerosis Múltiple
Por Idoia Fernandez Lopetegi, Psicóloga de Ademgi Cuando se diagnostica una enfermedad como la Esclerosis Múltiple, automáticamente, se la relaciona con una dificultad física visible. Esto es, en muchas ocasiones, […]
Por Idoia Fernandez Lopetegi, Psicóloga de Ademgi
Cuando se diagnostica una enfermedad como la Esclerosis Múltiple, automáticamente, se la relaciona con una dificultad física visible. Esto es, en muchas ocasiones, una idea errónea y muy alejada de la realidad.
Bien es cierto, que hay personas con EM a las que les afecta físicamente, que tienen dificultades en la marcha, y que para mejorar necesitan de ayudas técnicas, pero la Esclerosis Múltiple es mucho más.
Son múltiples los síntomas que rodean esta enfermedad, y no todas las personas los viven todos. En está ocasión, vamos a prestar especial atención a los síntomas ‘invisibles’ más comunes en la EM.
Muchas personas diagnosticadas de EM, tienen este tipo de sintomatología ‘invisible’, que genera circunstancias únicas y que, como su nombre indica, no son apreciables para las personas que les rodean.
«¿Tienes Esclerosis Múltiple?, ¡pero qué buen aspecto tienes, qué bien se te ve!», les dicen. Cuántas veces personas con EM han oído esta expresión y se han sentido tan poco comprendidas que, este hecho, ha provocado que broten en ellos sentimientos de ira, incertidumbre, frustración y temor.
Por ello es importante que estén preparados para educar a las personas importantes en su vida sobre la enfermedad y los síntomas que tienen.
Los síntomas de la EM que son difíciles de ver, incluyen: fatiga, dolor, problemas cognitivos (pérdida de memoria, procesamiento de la información ralentizado), debilidad, visión borrosa, adormecimientos, sensación de hormigueo, sensibilidad al calor, vértigo, problemas de coordinación, problemas urinarios o del intestino, entre otros. Existen medicamentos, técnicas de afrontamiento, grupos de apoyo, que nos ayudan a manejar mejor esta difícil situación.
Cuando a una persona le diagnostican EM, afecta a todos los miembros de la familia, independientemente de que los síntomas sean visibles o no.
Es importante comunicarse, romper el silencio. Las personas que están en la vida de estas personas con EM, necesitan aprender.
Familiares, amigos, incluso el personal sanitario, pueden dudar de los síntomas ‘invisibles’, e incluso hacer dudar a la persona con EM de sus propias percepciones.
La EM es distinta en cada persona, por ello es importante aprender cómo es la de cada uno, para enseñar a los demás a conocer cómo se siente y cómo vive con la enfermedad.
Es aconsejable, antes de cualquier consulta médica, ir anotando las sensaciones para poder compartirlas con el profesional de salud. También hablar con un confidente, participar en grupos de apoyo, y compartir experiencias con otras personas que tienen la misma enfermedad.
Todo ello, ayudará a mantener la autoestima intacta y a manejar mejor el proceso de adaptación.