Por Jose Manuel Rodrigo, monitor de tai Chi en Adembi.

La práctica de este arte marcial oriental mejora el equilibrio físico y mental de personas con Esclerosis Múltiple.

«El Tai Chi te abre una puerta a un mundo por descubrir, tú decides si quieres hacerlo». José Manuel Rodrigo abre todas las semanas esa puerta a las personas de Adembi que acuden a las sesiones de este arte marcial chino, popularizado en Occidente por los beneficios que aporta a la salud. Asegura que su práctica continuada «genera en los practicantes un progresivo bienestar, producido por el equilibrio entre la mente y el cuerpo, entre lo interno y lo externo».

Al igual que le pasó a él mismo, muchas personas llegan al Tai Chi buscando una solución al estrés producido por el ritmo frenético del día a día. Se trata de movimientos lentos, en los que se trabaja el equilibrio, la circularidad, la suavidad…

Al practicarlo «el cuerpo se relaja y la mente se despeja actuando ambos de una manera equilibrada», asegura José Manuel. Esto hace que los problemas pasen a un segundo plano, donde se puedan afrontar con más calma y tranquilidad y puedan ser resueltos más fácilmente.

Estas ventajas lo convierten en una opción terapéutica muy recomendada para las personas con enfermedades como la Esclerosis Múltiple. En el plano físico, la realización de estos ejercicios mejora el equilibrio y la coordinación de quienes lo practican. «A poco que lo trabajan, notan que se caen menos o sienten que tienen más seguridad», asegura el monitor. No se obtienen resultados tan inmediatos como con otras técnicas pero, con constancia, la mejora es evidente.  Y los beneficios son mayores y más duraderos.

Mejora psicológica

Pero el beneficio también es psicológico. «Tai Chi es un estilo de vida», matiza este experto. Una forma de llegar a la mente a través del movimiento y «si trasladas los principios del Tai Chi al día a día conseguirás llegar a un punto de equilibrio desde el cual podrás actuar con serenidad y calma», garantiza.

Se trata de «un trabajo de adentro hacia afuera» que lleva al cuerpo y a la mente a un funcionamiento más eficiente. En nuestra vida diaria tenemos un exceso de yang  – estrés, ritmo de vida frenético, exceso de actividades…- y un déficit de yin. La práctica de estos ejercicios nos ayuda a equilibrar la balanza y aprender a vivir de otra manera, según explica el experto en esta terapia.

Esta milenaria práctica también nos puede ayudar a sobrellevar situaciones personales difíciles, a pesar, por ejemplo, de tener una enfermedad. «El Tai Chi es hacer todo de forma consciente, vivir la vida desde la plena conciencia del presente, disfrutar de lo que tienes en ese momento, focalizando hacia el futuro, pero sin obsesionase con él. Actúa desde tu presente, usando el pasado, para crear tu futuro», recomienda José Manuel. El Tai Chi es, por lo tanto, la puerta para encontrar la filosofía de vida ¿quieres atravesarla?