Vivir con la Esclerosis Múltiple
B.R., diagnosticada de EM
Hace 20 años me diagnosticaron una Esclerosis Múltiple que evoluciona a brotes, el curso es benigno, pero de vez en cuando la enfermedad me recuerda que es una realidad en mi vida y me lo demuestra con alteraciones de la sensibilidad, algunas veces acentuadas y sorprendentes.
Cuando mi neurólogo me sugirió que escribiera las «sensaciones», lo «que » yo sentía en mis brotes de EM lo tomé a broma…cuando me insistió me aduló, y también me pareció que la «realidad» que yo vivía en mi cuerpo no debía interesar a nadie.
Ahora, por fin, en la remisión de mi último brote sensitivo y pensando que alguien al leerlo le pueda aliviar su angustia pensar que volverá a «identificar» su pierna, su vientre, su culo… a la vez que «sonríe» al leer que un par de veces me he acostado con una zapatilla puesta, y no por despiste, sino por no sentirla en el pie y formar con él una unidad «ajena» a mi cuerpo, me ha animado a compartir mis sensaciones físicas y sus implicaciones psicológicas en mi persona.
LLega el brote… Acababa de pasar una espléndida semana de vacaciones deshaciendo las maletas ¡uyyyyyyy! Mis pies, el «calcetín». La presión llega rápidamente hasta el viernes y cada vez con más fuerza me asusta, empiezo a sentir que mis piernas se «amaderan» siento que los dedos de los pies se me «enrollan», me los miro.
B.R., diagnosticada de EM
Hace 20 años me diagnosticaron una Esclerosis Múltiple que evoluciona a brotes, el curso es benigno, pero de vez en cuando la enfermedad me recuerda que es una realidad en mi vida y me lo demuestra con alteraciones de la sensibilidad, algunas veces acentuadas y sorprendentes.
Cuando mi neurólogo me sugirió que escribiera las «sensaciones», lo «que » yo sentía en mis brotes de EM lo tomé a broma…cuando me insistió me aduló, y también me pareció que la «realidad» que yo vivía en mi cuerpo no debía interesar a nadie.
Ahora, por fin, en la remisión de mi último brote sensitivo y pensando que alguien al leerlo le pueda aliviar su angustia pensar que volverá a «identificar» su pierna, su vientre, su culo… a la vez que «sonríe» al leer que un par de veces me he acostado con una zapatilla puesta, y no por despiste, sino por no sentirla en el pie y formar con él una unidad «ajena» a mi cuerpo, me ha animado a compartir mis sensaciones físicas y sus implicaciones psicológicas en mi persona.
LLega el brote… Acababa de pasar una espléndida semana de vacaciones deshaciendo las maletas ¡uyyyyyyy! Mis pies, el «calcetín». La presión llega rápidamente hasta el viernes y cada vez con más fuerza me asusta, empiezo a sentir que mis piernas se «amaderan» siento que los dedos de los pies se me «enrollan», me los miro.